La estrategia del océano azul es una teoría creada por W. Chan Kim y Renée Mauborgne en el año 2005, ambos profesores de la Escuela de negocio INSEAD. Una de las recomendaciones de su teoría es que las compañías deberían potenciar la innovación para detectar y crear océanos azules en base a la colaboración y no compitiendo entre ellas. Estas aportaciones que ya tienen 18 años, están totalmente en vigor hoy en día. Quizás en su momento parecieron algo utópicas, pero creemos que el tiempo les ha dado la razón.

océanoFuente: Elaboración propia

Océanos Rojos

A nivel muy general podemos decir que las empresas que están en océanos rojos actúan en mercados muy maduros donde el factor diferencial es el precio. Su zona de confort es pasajera. Siempre aparece un precio más bajo que va empobreciendo a todos los competidores. Seguro que conocemos bastantes sectores que se encuentran en esta situación.

Océanos Azules

En cambio, las empresas que actúan en mercados azules han explorado y lanzado productos y servicios que aún no habían sido creados, donde su factor diferencial es aportar valor. Aunque puede haber más riesgo inicial, los resultados a medio plazo son más sostenibles que el de las empresas que compiten en océanos rojos.

Océano-innovación

Fuente: Elaboración propia

Estrategias para llegar a los Océanos Azules

Para concretar cómo podemos llegar a los océanos azules, os proponemos pensar en incluir en vuestras estrategias lo siguiente:

• Aplicar la inteligencia colectiva en nuestras empresas 

Hay que motivar y formar a todos nuestros colaboradores para que aporten cualquier idea, proyecto, producto o servicio. Cada persona tiene unas capacidades y unas habilidades con las que, al ponerlas en común, potenciaremos la capacidad innovadora de nuestra empresa. La innovación no debería estar reservada a unos pocos.

• Implicar en los procesos de innovación a nuestros consumidores, clientes y proveedores 

Es otra forma de relacionarnos principalmente con nuestros clientes para conocer qué necesidades tienen y tendrán en el futuro para anticiparnos y poder dar respuesta a las mismas. A veces nos engañamos diciendo que “ya sabemos lo que quieren nuestros clientes” sin habérselo preguntado nunca.

• Formemos alianzas para innovar

Con centros de investigación, universidades, startups, clústeres, con otras empresas, etc. Compartir para que puedan ganar todas las partes.

• Identificar problemas no resueltos con la ayuda de las nuevas tecnologías 

A fin de poder identificar nuevas oportunidades.

Seguramente esta lista se puede y debe ampliarse mucho más. Sin embargo, volviendo a lo que nos decían los profesores W. Chan Kim y Renée Mauborgne en el año 2005, lleguemos a los mercados azules a través de innovar colaborando, y no nos quedemos compitiendo en océanos rojos en los que sólo el precio es el factor determinante y el mejor camino para perder la sostenibilidad económica.
Hay algunas desventajas en un proceso innovador abierto como la dificultad en la protección de la propiedad intelectual y la confidencialidad.
Por ello, en un proceso innovador abierto (Open Innovation) es totalmente necesario:

Saber escoger a nuestros compañeros de viaje.

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