Siguiendo esta miniserie sobre la internacionalización, hoy hablaremos de la receta de la ventaja competitiva. Ésta nos debe ayudar a dar respuesta a la siguiente pregunta:
¿Qué puede ofrecer mi empresa en los mercados internacionales que nuestra competencia no pueda, al menos de forma significativa?
Aquí van los ingredientes básicos para cocinar la ventaja competitiva:
- Que potencie nuestros puntos fuertes: nuestro producto/servicio de más éxito en nuestro mercado local por ejemplo.
- Que minimice o evite en cierta medida nuestras debilidades.
- Que haya un mercado potencial para nuestra empresa.
- Que no haya mucha competencia dentro del mercado potencial detectado.
Y que cada uno lo aderece con otros ingredientes y “cocine” su propia ventaja competitiva. Pero si no hay una ventaja competitiva bien elaborada, tendremos de recurrir al precio, y salvo las compañías que cuentan con modelos “low cost” en su ADN, ya sabéis: siempre hay otro capaz de dar un precio más bajo.
Espero vuestros comentarios y sugerencias. Gracias y hasta la semana que viene.