Cuantas veces habéis reconocido el talento y, cuando por fin os habéis decidido a hacer la oferta de contratación, vuestro candidato/a ya había aceptado otra. Y entonces es cuando surgen las dudas que, lamentablemente, ya no tocan (sobretodo porque ya no sirven de nada): Parecía interesadísimo, había entendido nuestros valores y los compartía, le gustaba nuestra empresa, se había entusiasmado con nuestro proyecto, …y, sin embargo, esto: No entiendo nada.

Reconocer el talento externo

Lo que ocurre es que mientras tu analizabas, comparabas y pensabas con tiento la oferta, otra empresa concretaba y cerraba el trato.

Sí. Mientras tu dudabas, ellos actuaban.

Esperaste tres semanas para que el último entrevistador se reuniera cara a cara con ella/él … tu competencia avanzó con una video llamada.

Sabías que estaba en ronda final en otra parte, pero…, otros avanzaron y aceleraron el proceso.

Si quieres el mejor talento debes ser cauto, exigente, es cierto, pero también has de ser decisivo.

Un argumento similar nos sirve para reconocer el valor de nuestro equipo, vía promoción interna, pero, en ese caso, lo que podemos perder es todavía más grave: el talento de nuestra empresa. Lo comentaremos en otro post.

En nuestro grupo de LinkedIn encontraréis más contenido de valor.