Nuestra trayectoria profesional es el resultado de muchos factores, vivencias, aprendizajes y logros. Muchas veces, cuando tenemos que hablar de nosotros mismos, relatamos ese recorrido como si se tratara de un simple listado de lugares y experiencias por los que hemos pasado, y en los que nuestra aportación no hubiera dejado huella, sin valorar.
Está claro que cada uno de nosotros ha aportado, más o menos,.a las empresas en las que ha trabajado, dependiendo de muchas cosas, a veces ajenas a nosotros. Pero no por ello debemos obviar nuestra contribución en los logros de la empresa.
Saber qué hemos conseguido o ayudado a que se consiguiera, para qué ha servido nuestro trabajo, en qué hemos aportado, es algo esencial para nuestra propia satisfacción. Da sentido a nuestro esfuerzo, nos muestra nuestra capacidad y también muestra nuestras aptitudes y actitudes. No se trata de una cuestión de satisfacer nuestro ego, pero tampoco de tener una actitud de humildad mal entendida. Nuestro trabajo y esfuerzo ha servido y sirve para alguien y algo. Vale la pena compartirlo.
Esta práctica no sólo la encontramos al analizar los currículos en una búsqueda laboral. En LinkedIn, muchos perfiles en el apartado “Experiencia” enumeran las empresas por las que han ido pasando sin entrar en más detalle. Además del nombre, logo de las empresas y el cargo que ostentamos, debemos indicar nuestras responsabilidades. Describir os principales logros conseguidos en cada una de ellas, o al menos en las más recientes también es esencial.Cada uno de nosotros nos hemos construido en base a unos valores que son los pilares sobre los que se asienta cualquiera de nuestras actuaciones. La formación, el entorno y la curiosidad han sido básicas para aprender y crecer profesionalmente. Cada uno de nosotros hemos tenido referentes y aliados que nos han ayudado a crecer formándonos, acompañándonos y compartiendo. Cada uno de nosotros hemos tenido oportunidades y algunas de éstas se han transformado sin duda en logros, y hay que valorar cada uno de ellos.
Conocernos es básico para construir el relato de estos éxitos. También de los fracasos (aun está mal visto fracasar en nuestro entorno). Reflexionando sobre ellos, aprenderemos y mejoraremos profesionalmente. Conocer y reconocer ese proceso nos permite compartirlo, explicarlo, que los demás aprendan con nosotros y,.también, que puedan valorar nuestra contribución, nuestro trabajo.
Esta reflexión es la que nos llevó a plantear el ejercicio de “logros” que esta semana llevaremos a cabo en el 1er Afterwork organizado por Barcelona Activa dentro del programa Lidera, al que seguirán otros tres también abiertos y a los que os invito.
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