Ya hace años que la evolución del mercado nos ha llevado a aprender a convivir con la incertidumbre, la volatilidad, la complejidad e incluso la ambigüedad, nos hemos vuelto más rápidos, adaptables y flexibles. Ahora, el cambio nos obliga a ser, además, capaces de trabajar en un entorno quebradizo, ansioso, no lineal e incomprensible, un tiempo frágil y de caos (de allí BANI, por sus siglas en inglés).
A finales de los ochenta, el ejército de los EEUU creó el concepto VUCA (volátil, incierto, complejo y ambiguo) que pasó a tener un lugar relevante en los libros de estrategia empresarial. Algunos añadieron una H de hiperconectividad, pasando a denominar el entorno como VUCAH, mientras que otros, como la universidad de Oxford lo bautizó como TUNA (turbulento, incierto, nuevo y ambiguo).
La actual situación va más allá de la inestabilidad y, por tanto, necesitamos esforzarnos para entender lo que está pasando: un entorno caótico, impredecible y, en consecuencia, incomprensible.
Esta evolución de la situación requiere que estemos actualizados y preparados para este cambio que es ya una realidad. Pensar a largo plazo es inútil para muchos y en muchas circunstancias ya que no podemos calcular y controlar cómo saldremos de la actual situación. Ello nos lleva a pensar en la necesidad de plantear pocos objetivos y hacerlo en base a varios escenarios aprovechando la turbulencia del momento como motor de innovación.

Fuente: elaboración propia S&D
Conceptos Clave
- Aceptar la vulnerabilidad de la situación y su facilidad para quebrarse sin por ello pensar que se trata de un fracaso sino aprendiendo a tomar riesgos pequeños y aumentando la vigilancia y el control evitando un exceso de confianza.
- Convivir con la incertidumbre como situación normalizada desde la empatía, la atención plena, la confianza y una cierta desconexión (no al exceso de información): no permitir que nos produzca ansiedad e impotencia.
- Asumir que la relación causa-efecto se ha roto y que esta situación nos puede desestabilizar: Pequeñas cosas causan grandes efectos y muchas veces lo hacen de forma diferida en el tiempo. Hemos de esforzarnos en ser más flexibles, transparentes, intuitivos, y confiar y trabajar en equipo.
- El mundo es más complejo y nos cuesta tener y sopesar todos los datos: la IA nos puede ayudar primero en la comprensión de las situaciones y segundo en la toma de mejores decisiones.
- Crear soluciones resilientes: diseñar sistemas sólidos que tengan en cuenta el mayor número de variables.
- Entender el pasado para proyectar el futuro.
- Asumir riesgos desde una posición optimista contando con la innovación, la intuición y la creatividad como aliados.
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