Parece evidente que si no conocemos algo, no lo compramos, pero, a veces, nos comportamos como si eso fuera posible. Me explico, cuántos de nosotros alguna vez hemos pensado que el trabajo bien hecho será reconocido, que, si lo hacemos bien y nos esforzamos, nuestro talento será visible.

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Pienso que, lamentablemente, hacer las cosas bien no es suficiente si nuestro público no sabe que lo hacemos, si no llegamos a la gente, no nos podrán comprar. Es, por tanto, necesario vendernos, a nosotros mismos, a nuestra empresa, nuestros productos, nuestros servicios. … Y en muchos ámbitos se ha considerado la venta como algo peyorativo y, no debe serlo; me atrevo a decir que bien hecha, es un arte.

Si aprovechamos la oportunidad de mostrarnos con nuestras fortalezas y ventajas, con aquello que podemos ofrecer y que nos diferencia de los demás, si transmitimos al mercado qué le podemos aportar, estaremos “vendiendo”. Nunca aconsejaría recurrir al engaño, ni tan solo a la exageración, pero sí hemos de perder esa falsa humildad-excusa y hacernos visibles.

Para ello hemos de dar respuesta a:

QUIÉNES son nuestros clientes.

QUÉ podemos aportarles.

CÓMO llegar a ellos.

QUÉ les relato para que se lea atractivo

Preguntas sencillas que requieren unas respuestas complejas, reflexionadas y realistas. Si tenemos algo que aportar, si con nuestro producto/servicio satisfacemos a nuestro cliente, la venta pasa a ser un intercambio en que las dos partes ganan.

Pero, recordad, para que nos conozcan, nos hemos de mostrar, hemos de ser visibles y ofrecer algo que interese y hacerlo de manera atractiva:

“Es importante lograr una experiencia positiva en la venta”

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