Cada vez estamos más acostumbrados a observar, reflexionar y proponer. Forma parte de nuestra manera de vivir, implementar, de poner en práctica nuestras propias ideas: Ir más allá, imaginar la evolución, el escenario futuro, evaluar opciones, sopesar caminos y proponer, siempre pensando en mejorar, es algo que está arraigado en nuestro ADN.

Vivir-ideas

Fuente: elaboración propia

Esa primera etapa efervescente deja paso a una segunda de duro trabajo donde se equilibra lo ideal con lo posible, se tiene en cuenta entorno, circunstancias, exigencias, plazos, presupuestos y usuarios-clientes. Es decir que aquella idea pueda (y quiera) ser “comprada” por nuestros clientes.

En un momento como el actual, en donde el emprendimiento es una digna salida laboral para muchos, esta actitud y aptitud nuestra nos hace ser capaces de plantear nuevas ideas de negocio que nos puedan permitir trabajar en el presente y en el futuro.

A veces nos falta apoyo, alguien que nos ayude a construir metodológicamente un plan que dé coherencia y realidad a esa/s idea/s, alguien que nos ayude a estructurarla, evaluarla, desarrollarla y a ser capaces de lanzarla al mercado para que nos la compren. No basta con tener ideas, hemos de saber trabajarlas e implementarlas y, también, colaborar con quien nos pueda ayudar (Opening Innovation). De esta forma sí podremos vivir de nuestras propias ideas, podremos alcanzar a construir una Idea Extraordinaria.

Una idea es una oportunidad que no deberías dejar escapar, puede ser tu futuro.

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